En esta ocasión vamos a preparar unas ricas croquetas de queso. Existen una gran variedad de quesos, pero no todos sirven para preparar unas croquetas. Uno de los quesos con el que mejor combinan es el roquefort o queso azul. Este queso de procedencia francesa (al igual que las croquetas) es bastante intenso. Sin embargo al preparar las croquetas, la bechamel va a suavizar y cambiar ligeramente su sabor, aportándole un toque dulce y agradable. Si tienes pensado preparar un aperitivo, prueba a hacer estas croquetas de queso. Gustarán a todo el mundo.
1.- En una cazuela, ponemos la mantequilla a calentar a fuego suave. Cuando se haya derretido, añadimos la harina. Removemos bien con una varilla y dejamos que se cocine durante unos 2 minutos para que la harina se tueste ligeramente.
2.- Hecho esto, agregamos unos 200ml de la leche y removemos con la misma varilla. Al principio, veremos que se formará una masa bastante espesa. Cuando esté integrado, volvemos a añadir otros 200ml de la leche y volvemos a integrar. Hecho esto, añadimos los 400ml restantes y nuevamente, mezclamos todos los ingredientes. Hasta que la bechamel esté parcialmente formada
3.- Para terminar nuestra bechamel, añadimos los 200ml de nata -la cual le va a dar a nuestras croquetas un toque extra de cremosidad - y el queso desmigado. Añadimos también la nuez moscada, y rectificamos de sal y de pimienta. Ojo con la sal porque el queso ya tiene bastante. Mezclamos todo bien y dejamos cocinar a fuego suave unos 10 minutos.
4.- Pasado este tiempo, apagamos el fuego y dejamos que la bechamel se temple. Luego, la metemos en la nevera y dejamos que se refrigere completamente. Mínimo cuatro horas, mejor si es una noche entera.
5.- Refrigerada la masa, vamos a preparar las croquetas. Cogemos una cucharada de la masa y le damos forma con la mano o con otra cuchara. Si vemos que se pega demasiado, podemos humedecer nuestras manos con un poco de aceite para trabajar con ella.
6.- Cuando tengamos la forma, vamos a pasar cada croqueta primero por huevo y luego por pan rallado. Las ponemos en un plato, y seguimos haciendo más croquetas hasta terminar con toda la masa.
7.- Una vez la hayamos terminado, metemos las croquetas de queso en la nevera durante unos 30 minutos, para que el empanado se asiente bien. Si quieres puedes acelerar este proceso, metiéndolas tan sólo unos 10 minutos en el congelador.
8.- Ahora vamos a poner a calentar un buen chorro de aceite en una cazuelita o freidora (el suficiente como para que cubra por completo las croquetas). Cuando esté bien caliente, las vamos friendo, por unos tres minutos. Lo hacemos por tandas pequeñas para evitar que el aceite se enfríe y que se peguen entre ellas. Cuando estén bien doradas, las rescatamos con una espumadera y las colocamos en un plato con papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite.
